Más conocido como los Jardines de Panrico, haciendo referencia a la conocida empresa española, de la que fue socio fundador el propietario de esos jardines, José Rivera Larraya (1936).
Los jardines de la Fonte Baixa es el botánico privado más grande de Europa de unas 20 hectáreas, realizado en 20 años. Se fue creando poco a poco juntando hasta 58 fincas de 38 dueños distintos. Tiene 17 kilómetros de paseos, 9 miradores, 19 fuentes, 5 estanques, así como multitud de adornos y esculturas de todas las épocas y estilos. En cuanto a especies vegetales, podemos encontrar 569 variedades de plantas de todos los climas, desde Siberia a Kenia. Destacan las 25.000 azaleas, los 25.000 rododendros, 10.000 camelias de más de 250 variedades diferentes, 4.000 acebos, 3.000 magnolias, 2.000 palmeras así como plantas rarísimas como los helechos arbóreos, guneras, el cornejo o la pata de elefante.
Cada estación es un mundo diferente de colores tonos y floración siempre se ve distinto.
Existen especies de todas las partes del mundo, China, Japón, Tanzania, Brasil, Siberia… que podremos ver a lo largo de todo el recorrido de unas 3 horas.
En este jardín podemos encuentrar especies exóticas como el milenario ginkgo biloba, el único ser vivo que resistió a la bomba de Hiroshima; helechos de los bosques de Tasmania o la Gunnera manicata de Brasil, con hojas de 2 m de diámetro. Un bonsái japonés “Acer palmatium rojo” con más de 250 años, o algunas más cercanas como un algarrobo proveniente de Valencia, que con casi mil años es el árbol más antiguo de los jardines o un castaño de 659 años.
También podemos encontrar elementos arquitectónicos rescatados de diferentes lugares del mundo que hacen aún más curiosa la visita, como por ejemplo unas columnas dacias del siglo I traídas desde Rumanía.
Muchos de los árboles y de las arquitecturas han sido traídos de otros lugares donde simplemente se iban a deshacer de ellos. Muchos otros han sido comprados en subastas, eso sí, cada uno traído de su lugar de origen.